22 de septiembre... ultimo día de verano,
sol y cielo despejado, les contare una peculiaridad mía, soy recolectora de
moras, este año la cosecha no ha sido muy buena, pero es una actividad que
combina a la perfección: alimentación, naturaleza, relaciones sociales y
deporte de riesgo ( las probabilidades de ir arañada para casa son muy altas,
sin contar con algún picotazo, ortigas o caída por algún terraplén...) en
definitiva, una actividad muy completa, por las fechas, es muy habitual que por
el camino te encuentres a gente corriendo, y alguno que otro entradito en
carnes, ¡los buenos propósitos de cambio!, esto me recuerda que la entrada del
otoño deja atrás las vacaciones, esos días de relajo y chancleta, olor a campo,
mar y rabas recién fritas de algún chiringuito de la playa aderezada con la
canción del dúo dinámico “el final del verano”, que tantas reposiciones de la
serie verano azul hemos tenido y a veces sufrido. Y saludando a esta nueva
estación, que significa entrada de frió mañanero al dirigirte al curro, ese
Lorenzo cada vez más perezoso, los primeros estornudos con “moquillo-puenting”,
la caída de la hoja, las campañas de vacunación de la gripe, los corticoles
agotados y los escaparates de las tiendas de ropa teñidas de color gris, negro,
marrón... y los nuevos fascículos-coleccionables de todo tipo de cosas, el que
han lanzado de flautas con diferentes cantos de pájaros, es un claro ejemplo, y
que me dicen de los cursos en academias, gimnasios y de las famosas guitarras
que desde hace décadas todos los años nos regalan CCC con los cursos de
guitarra. ¡Los propósitos de cambio!, quién no se ha planteado dejar de fumar o
empezar un curso de ingles o quitarse esos quilitos de mas o empezar a hacer
deporte... y piensen seriamente, cuantos de estos proyectos llegan a buen
puerto...pocos.